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4 ago 2011

QUIEREME MUCHO

Conocí a Fresquito Fresquet en los agitados días del triunfo de la Revolución cuando coincidimos en la redacción del periódico EL MUNDO, yo como caricaturista editorial en sustitución de Antonio Prohías, y él a cargo de la página Infantil del suplemento dominical del diario.De esa época conservo un bolsilibro de su autoría que podría tal vez considerarse incunable del humorismo revolucionario cubano, pues recopila sus cuentos satíricos publicados en EL PITIRRE entre 1959 y 1961. La copia de la portada y portadilla de dicha obra que ahora les muestro, son más que explícitas.
Teníamos además vidas separadas, él formó parte del equipo que fundó el semanario EL PITIRRE suplemento humorístico del vespertino LA CALLE, y yo como dibujante de la Agencia de Noticias Prensa Latina. Sin embargo fue la fundación del semanario de PALANTE Y PALANTE en octubre de 1961 la que nos unió definitivamente.
En aquella locura juvenil en la que hasta un proyecto de orquesta humorística se diseñó, Fresquito y el que les habla, formamos una pareja de comediantes, que a los chispeantes diálogos, agregábamos caricaturas de actualidad a tiza limpia, volcadas en pizarrones improvisados. Así, en plural, porque fueron muchos los centros de estudio y trabajo los que aplaudieron nuestras bisoñas representaciones. La imagen corresponde a la visita que hiciéramos a una exposición en La Habana. Entre ambos, el caricaturista argentino Oscar Conti (Oski), invitado por la Agencia de Noticias Prensa Latina a visitar nuestro país en tan lejana fecha como 1960. En la otra, una de esas actividades del CDR. Véase la numeración: Flores No. 160, frente a mi casa, en el Cerro. Fresquito de perfil y yo con traje oscuro. A mediados de la década del 60 dejamos de vernos con frecuencia porque él pasó a Dibujos Animados del ICRT y se presentaba en algunos programas televisivos como “Tránsito” y “Con las letras”.
Fue precisamente en 1966 cuando surgió la historia de amor “Quiereme mucho” que anunciamos en el encabezamiento, el mismo año en que nació el más pequeño de mis vejigos Darío. Quiso el destino que ambos sucesos se entrelazaran.
A fines de marzo fui a Miami invitado por ese hijo mío al cumpleaños de Miranda, mi primera nieta. Enterado de nuestra presencia en la ciudad, Lázaro Fresquet, (a) Fresquito, me localizó, más de cuarenta y pico de años después, para vernos de nuevo.
Ahora viene la sorpresa. Se presentó en mi lugar de estadía el pasado sábado 18 de junio, con su esposa Matilde Roig, una torta de nata, pastelillos y refrescos para celebrar anticipadamente el Día de los Padres, pues a la mañana siguiente yo regresaba a Cuba.

Si comparamos las fotos que nos tomamos hace unos cincuenta años con esta otra de ese día, se habrán podido dar cuenta del cambio favorable en esta última: Las primeras eran en blanco y negro y estas en tecnicolor.
Mucho se habló de viejos amigos, viejos tiempos, viejas caricaturas, de éxitos y fracasos, de sueños y realidades, pero mis ansiosos lectores merecen más que eso: La historia contada por su propia protagonista Matilde Roig de Fresquet, que en aras de la brevedad esta versión recoge sólo algunos párrafos:

“…A Cupido se le ocurrió aparecer en una de las ocasiones en que acompañaba a mi padre –director de la Orquesta de la Radio y la Televisión de Cuba—para hacer una grabación de un programa musical… Fue entonces que me invitaron a participar junto con mis compañeros de aula en el programa juvenil de televisión “Con las Letras”… Cuando asistí con el grupo al estudio, lo menos que me podía imaginar era tener delante de mi al afamado Fresquito Fresquet, quien me planteó su interés de hablar conmigo en relación con una caricatura que quería hacer de mi abuelo para el próximo Salón de Humoristas…” Aunque defectuosa ofrecemos una copia con fotografía de ambos publicada en un diario norteamericano en 1999. Hemos conservado el texto de pie de foto original precisamente porque aparece otro nombre muy ligado a ambos, el fotógrafo Fernando Lezcano (Lezcanito) del diario EL MUNDO.
Una pausa para aclarar que se trataba nada menos que del maestro Gonzalo Roig, reconocido autor de zarzuelas y canciones consideradas clásicos de la música cubana y mundial.
“…Le respondí que mis abuelos habían fallecido mucho antes, y en ese momento me pareció que a Fresquet se lo quería tragar la tierra y tartamudeando me preguntó: --¿Cómo, no es usted la nieta de Gonzalo Roig?-- Cuando le aclaré que era la hija del compositor y no su nieta, a él le volvió el alma al cuerpo. Luego me explicó que se había propuesto ganar el Premio Nacional de Caricatura de ese año, y necesitaba que yo le facilitara algunos datos y fotografías de mi padre…”
Así de temerario y decidido era él. Agárrense que ahora viene lo bueno:
“…A partir de entonces comenzamos a vernos con el propósito de que yo le prestara fotos de mi padre, a la vez que él me iba mostrando los bocetos que realizaba, pero sobre todo, hablábamos mucho, y obviamente, sin que nos diéramos cuenta nos fuimos enamorando y terminamos haciéndonos novios, mucho antes de que Fresquito lograra plasmar su pretendida caricatura. Entonces me prometió que si ganaba el Premio Nacional de Caricatura aprovecharía la oportunidad para pedir mi mano. ¡Vaya esperanza!, me dije, ¿Y si no gana, qué?..”
Una pausa para sonreírnos, y sigo con la narración. A Matilde le salió lo del bilingüismo y exclamó:
“…¡Believe it or not! Fresquet logró realizar una pieza insuperable y ganó el Premio Nacional con la caricatura de mi padre. Cuando éste llamó a Fresquet al periódico para felicitarlo e invitarlo a cenar, éste le contestó: --¡No sabe usted la alegría que me da Maestro, así de paso le pido la mano de su hija!—Después de que colgara el teléfono, mi padre me dijo: --Nene, este Fresquet es de verdad Fresquito. Le estoy invitando a cenar y de lo más fresco… ¡Me ha pedido tu mano por teléfono!”

Poco después se casaron. ¡Todos felices y a comer perdices!
Del matrimonio brotaron tres retoños: Cecilia, la mayor que nació en Cuba. Christian vino al mundo en Madrid, y Clift Angelo en Fort Lauderdale. La pareja abraza además cinco nietos que ella recuerda mientras acaricia la cabecita de la mía.
Hasta aquí el pollo del arroz con pollo. Aunque para finalizar, quisiéramos hacerlo con la copia de la caricatura personal premiada bajo el título de “El Maestro Gonzalo Roig”, obra que además de todos los galardones recibidos, tiene una dedicatoria de puño y letra de Roig a su hija Matilde el mismo día en que ésta partió con su pequeña Cecilia para España a fines de 1969. Y dice así: ”Para que no te olvides del feo de tu padre”.(FOTO).
Hemos dejado para el final precisamente una fotocopia de dicha caricatura, gracias a la generosidad de ambos durante nuestra reciente entrevista.
(Datos tomados de su propia voz y del trabajo titulado “Una Caricatura de Gonzalo Roig” publicado con motivo de su aniversario de bodas en “Diario de las Américas”(7-10-1999)

26 jun 2011

Notas de viejo... O sea, de viaje: (2).- RICO McPATO

La magra familia Rico en Consolación del Sur, era el reverso de su apellido, teniendo que consolarse con ser más pobre que un forro de catre.
Quiso el destino que la llegada de su primer vejigo coincidiera con la presencia en Cuba del cantante español, Pedrito Rico, quien pegó de inmediato con su versión de "La Campanera" y "Dos Cruces".
La fe cristiana y el éxito del famoso artista los llevó a bautizar a su primogénito como Pedro de la Esperanza Rico, pero para todos en el poblado sería para siempre Pedrito Rico.
El chico creció, jugó y estudió hasta donde pudo, dadas las precarias condiciones de su núcleo familiar. Y se graduó en la Universidad de la Calle, más por la astucia que por la fuerza o el apego al trabajo.
Los tiempos cambiaron, la familia Rico envejeció más pobre que nunca y el destino llevó al joven a buscar nuevos rumbos en otras latitudes. Es así que vemos a Pedrito formando parte de la diáspora de los 80, con rumbo norte por el Mariel.
No hablaba ni potatoes en inglés, pero era experto en dar muela, y había aprendido a defenderse hasta con los dientes en cualquier idioma o circunstancia.
Lavó platos en un fast food, limpió pisos en un Supermarket, hizo juegos malabares como tarugo de un circo. Se adaptó al medio y lo estudió a fondo. Descubrió que no había un solo Miami. Estaban Miamis en los cuatro puntos cardinales del mapa de la Florida: South Miami, North Miami, East Miami, West Miami, Miami Beach, Miami Dade, Miami Shore, y en cada uno de ellos se vivía de diferente manera. No era lo mismo el Down Town que las reservaciones indígenas Miccoshukki en los Everglades donde el cocodrilo estaba sato.
En un inicio pensó que todo el mundo o casi todos eran cubanos porque hablaban español, y los políticos bilingües eran los que más votos obtenían en los comicios. Falso, si agudizabas el oído notabas enseguida el deje mexicano, argentino, colombiano y hasta barrios de brasileños, o rusos crecían por doquier. La mayoría de estas zonas residenciales, al revés de la empinada Nueva York, extendían sus tentáculos horizontalmente.
Para hacer más atractivas esas nuevas áreas se aprovechaban las condiciones naturales del ecosistema y en cada condominio crecían artificiales áreas verdes, frondosos parques, y estanques o lagos de variados tamaños, para solaz y esparcimiento de colonias patunas que en venganza se reproducían en forma incontrolable. Era una avifauna emigrante tan variada como la propia población indocumentada de la nación.
De origen campesino, nuestro protagonista pronto descubrió que no solo cohabitaban con el autóctono pato de la Florida, otros exóticos que venían huyendo del clima más crudo del resto de la Unión, formando un Patolandia capaz de competir en tamaño con el cercano Disneylandia de Orlando, aunque menos taquillero.
A veces los dueños de los bungalows y condominios se quejaban de esa superpoblación patuna, pues lo que en principio resultaba un atractivo para rentar el inmueble, a la larga se revertía económicamente ya que debía contratarse un ejército de mozos de limpieza para eliminar las excrecencias que como huellas indelebles dejaban los palmípedos en corredores, jardines, parqueos y otras áreas comunes de su propiedad.
Fue entonces que al imaginativo Pedrito Rico se le ocurrió crear una empresa de una sola persona y un solo vehículo. Un Van de uso con suficiente capacidad para eliminar de un plumazo la caca de los plumíferos sin necesidad de tocarla. Se basaba en el dicho popular: “Muerto el perro se acabó la rabia”. En este caso: “Recogido el pato se acabó la caca”
La actividad consistía en ofrecer la recogida a domicilio de patos indeseables en forma rápida, silenciosa y sin que los inquilinos se enteraran. La actividad debía realizarse de noche, por tanto la operación costaba el doble.
Cuando el o los propietarios del inmueble caían en el jamo ese mismo día Pedrito amparado en las sombras de la noche repartía por todo el entorno abundantes rodajas de pan embadurnadas del más peleón y barato de todos los rones y según iban cayendo los borrachines, él mismo los iba tirando dentro de la camioneta.
Una vez terminada la operación limpieza, nuestro héroe se marchaba tan campante al timón de su vehículo, mientas en el interior de la caseta su pesada carga dormía plácidamente la mona. Al día siguiente, el cliente pagaba con esplendidez faena tan rápida y eficiente. Pero ahí no termina la cosa.
En la soledad de la madrugada, al timón de la camioneta, mientras se desplazaba por los speedways de la ciudad y con tanto borrachín a bordo se preguntaba:
‘’Bien,Y ahora¨…¿qué hago con toda esta gente?

La chispa se le encendió de nuevo y se dirigió a otro condominio similar, pero en el lado opuesto de la ciudad, donde soltó la carga pesada. Al concluir la operación se retiró a dormir poco antes de despuntar el alba.
Cuando despertaron en tierras ajenas, ya sin nota, los patos viajeros se encontraron en tierras extrañas y no les quedó más remedio que incorporarse a la población avícola allí asentada, para sorpresa de los inquilinos que descubrían con asombro la explosión demográfica más fantástica del mundo mientras dormían.
De esta forma surgían nuevos clientes, y el negocio de Pedrito Rico prosperó tanto que a partir de entonces lo bautizaron como Rico Mac Pato, cuando en realidad su trabajo consistía solo en pasear patos borrachos de un lugar a otro por toda la ciudad.

Dedicado a Darío en su cumpleaños.

3 jun 2011

Notas de viejo... O sea, de viaje: (1).-SORPRESAS PRIMAVERALES

Por primera vez pise territorio norteamericano a fines de marzo para asistir al primer cumpleaños de mi primera nieta. El hecho coincidió con la celebración de la Semana Santa y las Pascuas Floridas, nada menos que en la península floridana. Estas dos primeras fotos no son pues ninguna sorpresa pues se corresponden con la fiesta que le dimos a Mirandita, y la otra recogiendo los huevos de Pascua en otro parque infantil de la ciudad.

PRIMERA SORPRESA. – Al día siguiente de la llegada a Miami, recibo un correo electrónico donde se me informaba que durante la celebración de la 17 Bienal Internacional de Humorismo de San Antonio de los Baños, y a propuesta del Museo del Humor, el órgano de gobierno municipal decidió otorgarme el sello Fundación de la Villa del Ariguanabo por mi aporte al desarrollo cultural de la Comunidad.

Como constancia de esa sorpresiva noticia transmitida desde larga distancia, a continuación mostramos una copia del documento acreditativo, y el momento en que mi hijo Francisco P. Blanco Hernández, coautor de este blog, lee las palabras de agradecimiento enviadas por mi a 90 millas del acontecimiento.

SEGUNDA SORPRESA. – En cuanto llegué a la ciudad floridana recibí el saludo y apoyo del colega José Francisco Delgado, (Delga para los aficionados al humorismo gráfico cubano), quien me aclaró algunas dudas que venia arrastrando desde la publicación del trabajo sobre el personaje infantil Matojo, que salió con fecha 12 de febrero de este año. Hacía algunos años que le había perdido la pista a su autor Manuel Lamar (Lillo), y versiones cercanas a mi a fines del 2010, lo habían dado por muerto; pero me quedaba la duda porque ninguna información daba la fecha exacta del fallecimiento. Pues bien, en cuanto contacté a Delga, y a través de el con Garrincha, otro caricaturista bien conocido en Cuba, llegué a la conclusión de que el padre intelectual de Matojo estaba vivito y coleando. FACEBOOK dijo la última palabra y así pude contactar al popular caricaturista. La foto que acompaña esta nota muestra el instante en que brindamos en su propia casa por la resurrección de Lillo, abrazados con su esposa Loly en plena Semana Santa. Junto con este etílico agasajo, pido disculpas a mis fieles vecinos por tamaña equivocación.

TERCERA SORPRESA. – Días después, mi hijo menor Darío, y su esposa Radi decidieron llevarnos –a mi nieta y a su abuelo—al Parque Zoológico de Miami, bastante más al sur de Miami, camino a Homestead. Para ella fue su primera vez, para mi que he visitado decenas de ellos en diversas latitudes, también fue una sorpresa, pero no por lo que ustedes piensan; sino porque me recordó otra experiencia curiosa. Fue en el Zoo de Berlín, invitado por el también colega Erick Smith, caricaturista editorialista del Berliner Zeitung de la antigua RDA, quien convirtiera su hogar prácticamente en una casa-cuna para diversas especies de animales, hasta que los críos tuvieran el tamaño adecuado para su exhibición en el Parque. En el caso del zoológico actual ocurrió otra sorpresa. Generalmente el público en ellos ve los animales tras las rejas de las jaulas o separados de ellos por profundos fosos. Como podrán apreciar mas adelante, pude ver al elefante por dentro y recorrerlo desde las propias entrañas del monstruo. Para los incrédulos aquí esta la instantánea que me tomaron cuando, pidiendo auxilio, trataba de salir por el único agujero que encontré en el paquidermo.

CUARTA SORPRESA. – Por algunas vías me entere en Cuba que en Miami existía una calle a la que habían puesto el nombre del Caballero de Paris. Incluso en un encuentro con su siquiatra y biógrafo, el Dr. Luis Calzadilla Fierro, este me ratificó la noticia. Aproveché esta visita para llegarme hasta el lugar, y la gran sorpresa fue precisamente que ninguna de las personas consultadas, pudo orientarme hacia el lugar. (Les recuerdo que este blog comenzó precisamente con un trabajo titulado EL REGRESO DEL CABALLERO. Fue entonces que recurrí a Mr. Google quien de inmediato me indicó el lugar, y copio textualmente: “…Mediante una ceremonia oficial realizada el martes 9 de marzo de 2004, a las 5:30 PM. En la Avenida 36 SW y la Calle 8 de Miami, quedo establecida esta esquina como la Avenida del Caballero de Paris…” En aras de la brevedad agregamos que dicha iniciativa fue el resultado de los esfuerzos realizados por el artista plástico Gilberto Marino, por homenajear al mítico personaje. Las autoridades del Condado Miami Dade, la Oficina del Comnisionado de la ciudad, con la asesoría de la Junta de Asuntos Hispánicos del Condado, apoyaron la idea a cuya ceremonia acudió el Cónsul de España.

Tuve la oportunidad de ir al lugar situado frente al restaurante Versalles, acompañado de Florentino (Chito) Rodríguez y su esposa Lidia (Mimi) Rodríguez, compañeros de aventuras juveniles en los anos 50 de mi querido Tamarindo y 10 de Octubre, en el municipio homónimo. Pero tal vez resulte más interesante para ustedes mis curiosos vecinos del blog, la versión personal de Gilberto Marino, conocido como el “Pintor de el Caballero”. Quien me ha prometido un próximo encuentro para intercambiar experiencias sobre el personaje de mi libro “La Leyenda que Camina”.

QUINTA SORPRESA. – Esta se las debo para cuando regrese de Nueva York, pues estoy invitado a una excursión de cuatro días en la Gran Manzana. ¿SON O NO SON SORPRESAS PRIMAVERALES?